
Allí nacieron 5 de mis hermanos, los mayores: Francisco (vive hoy en calle Clavel), Manuela (reside en Marismillas), Dolores (“Chacha”, q.e.p.d.),Antonio, que vive en la casa donde nacimos el resto: calle Manuel Barrales(actualmente llamada Juan Ramón Jiménez). A esta casa se mudaron mis padres en el año 1944.
Allí nacimos por este orden Julio(reside en Sevilla), Diego (C/Sánchez Albornoz,Tocina), Pepe (Avda. Sevilla de Los Rosales) , Rosi (Madrid), Ángeles (C/ Guillén Serrano, Los Rosales),ésta que escribe (Isabel, residente en calle Hnos. Becquer de Tocina) y Conchi, que también vive en Adva. de Sevilla en la casa donde nos criamos los 12 hermanos tras dejar Manuel Barrales . Era una casa tan grande que actualmente está dividida en dos, donde viven mis hermanos Conchi y Pepe.
Tengo muchos recuerdos de pequeña: la casa de la calle Manuel Barrales era también grande, partida en dos, en una los animales y en la otra nosotros. En la parte donde vivíamos, en la cocina, había en el techo barras donde se colgaban los chorizos y morcillas, una despensa muy grande donde se metían los cajones de madera con el tocino, sal y los jamones de la matanza, tinajas para guardar las costillas en manteca. Los fregaderos eran de barro, la hornilla de carbón.
Matábamos al año de dos a tres cochinos de una vez. El matarife era mi tío Julio, que ejercía su profesión en el matadero municipal.
En la pared del salón, en una repisa de madera, estaba el radio donde todos los domingos se reunían mis hermanas y amigas. Era la única diversión que había: bailaban alrededor de la radio, jugaban a la escoba...
A la hora de comer era difícil comer todos juntos, porque los mayores trabajaban en el campo y a veces comían allí. Mis recuerdos de niña son muy felices, con tantos hermanos a penas teníamos juguetes, pero con lo poco que teníamos nos llevábamos todo el día jugando .Teníamos el hula- hop, ,trincarro ,cromos, yo-yo...
El trincarro lo hacíamos de papel, las fichas eran botones, Jugábamos al pillar ,cuando veíamos un
“zapatero” (libélula) volando corríamos hasta cogerlo, le amarrábamos un hilo, nos hacíamos un nudo en la muñeca y... ¡a correr! Otro de los juegos favoritos era el pincho o el truco. Había otro juego que no recuerdo el nombre: se coge cinco chinas, se tiran hacia arriba y antes de que caigan se atrapa una, hasta coger las cinco.
Como sabéis las calles no estaban asfaltadas, eran de tierra. Cuando llovía se hacían agujeros y nos poníamos las botas katiuskas, nos metíamos en los charcos nos poníamos chorreando. Esos para nosotros eran los juegos de pequeña.
Estuvimos en la escuela de don Emilio que estaba en la calle Manuel Barrales. Digo “estuvimos” porque pasamos por ella casi todos mis hermanos. Era una clase única de niños y niñas de distintas edades. Nos costaba 20 pesetas al mes a cada uno. A los 9 años pasé al colegio donde hoy está el consultorio de Los Rosales, luego dos años en el colegio de Las Arenas y después 2 más, hasta los 14 años,en el Menéndez Pidal del centro, que lo estrenamos nosotros. Me gustaba la escuela pero me dominaba el juego.
Recuerdo la boda de mi hermana la mayor que se llama Manuela. Yo tenía unos 5 años se celebró en mi casa. No sé si habrá otras familias con 12 hermanos en Tocina o Los Rosales, yo no tengo conocimiento,en la mía quedamos 11 y estamos tan unidos como nuestros padres nos educaron. Fui tía a los 4 años de mi tercera hermana. Cuatro de mis hermanos emigraron a Francia ,venían todos los años de vacaciones, estábamos deseando que llegara agosto para juntar a toda la familia. Recuerdo con nostalgia aquellas reuniones de todas la familia unida.
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